Ese domingo en Shelter bay, trabajé lijando el fondo de Brisa. Lije el lado de babor. La próxima lijo el lado de estribor. Tengo que lijar el casco muerto. Casi, casi estoy listo para pintar.
Día a día, paso a paso. Cumplo algo necesario para zarpar, devolverme al agua.
Hay buenos compañeros. Hay muchos barcos en obras acá. En una esquina, renuevan los cascos de esos barcos. Creo que uno está abandonado. Los otros no, a pesar de estar escondidos en esta esquina del astillero con el borde de la selva.
Me parece que la selva amenaza recuperar la frontera capturada por los seres humanos. Adentro, hay calles y ruinas de edificios que habían ocupado solo hace cuarenta años.
Aquí la barrera contra la selva y cualquier ladrón con la fortaleza trepar por la jungla para robar los veleros. Es el área de seguridad donde Brisa se queda cuál yo iba a Montevideo Mire que cortan un borde de unos metros y lo se quedan cortado.
Otros vecinos. Una lancha de velocidad que usan pasar de contrabando. Esta es solo media broma. La aeronave de Panamá tiene como primer objetivo cortar las vías de contrabando. Mantienen una base cercana.
Hay muchos barcos cubiertos con una lámina de plástico. Hay mucho lluvia acá. Es por parte proteger los barcos de estancia larga. También proveen un refugio para trabajar sin la molestia de las tormentas. Son galpones temporales.
Hay una piscina donde los niños juegan y los adultos disfrutan. Cada mañana participo con un grupo– hacemos ejercicios aeróbicos para mantener el corazón saludable.
La marina está bien protegida. Es una bahía entre una bahía lejos del mar abierto. Hay gente que dejan sus barcos por meses con seguridad. Otros viven por meses acá descansando, relajando. Otros son residentes. Otros pasan unos días o una semana antes o después de su travesía por el Canal de Panamá.
El equipo de Shelter Bay cuida bien a la propiedad y ofrecen muchos servicios. Por los muelles, hay un equipo amable que ayuda con las zarpas y las amarras. En el astillero también hay un equipo que se mudan los veleros y los barcos, los cuidan cuando los dueños viajan afuera, y ayudan con las obras. En el restaurante sirven cervezas con sonrisas. Proveen un ómnibus gratis dos veces por día al ciudad de Colón, un viaje de treinta minutos, para hacer compras.
Es posible hacer obras en la marina también. Esos dos amigos están trabajando para reemplazar las jarcias de uno de los veleros. Es un lindo lugar para trabajar. Es lindo trabajar con los veleros.
Desde el extremo de uno de los muelles, puedo ver la salida de la marina. Un día me voy. Sería lindo estar afuera en el mar de nuevo. Un día. Paso a paso. Puedo disfrutar trabajando para llegar con este día.