Llegando a la Bahía Superior de la Ciudad Nueva York encontré una escaramuza de botes de todos tipos entremezclados por todos lados. Con mi cabeza basculante navegué detrás de un gran, blanco yate de lujo, al lado de la Isla Ellis. Me encanta que la vista incluyera el gran yate de vela.
Más tarde aprendí que el yate, se llama Arabella, tiene cuarenta y nueve metros de eslora.
La segunda mañana estoy navegando de nuevo. A las once menos cuarto de la mañana la corriente es favorable. La ruta es por La Batería de Bajo Manhattan, por el Puente de Brooklyn, el Río Este, y la zona terrible se llaman, Puerta del Infierno.
Aproximando al Puente de Brooklyn hay una cartelera que te da la bienvenida. Hay también botes de todos tipos yendo por todos lados. Mi cabeza basculante está así no solo por el tránsito y la navegación. Las vistas son clásicas, vista de la leyenda estadounidense.
Aproximando al centro encuentro el Empire State Building detrás de un edificio muy curioso. Detrás de el Sido Central de los Naciones Unidos encuentro el clásico de estilo Art Déco, el Edificio Chrysler
El arquitecto Uruguayo Julio Vilmajó fue parte del equipo de diseño para el sede de la ONU.
Al medio del viaje, el encuentro con los demonios de la Puerta del Infierno. Allí hay una confluencia del Río Harlem con el Río Este y otra conexión con el mar. El Río Este va desde la Bahía Superior hacia el Estrecho de la Long Island. El Río Harlem conecta con el Río Hudson. Todos los ríos corren adelante y a revés con sus mareas. En la Puerta del Infierno las corrientes son entremezclados en remolinas y zonas de surgencia o afloramiento. Se siente como que hay demonios bajo el agua intentando grabar el bote para darlo vueltas o impulsarlo con sus patas.
Además, la corriente se va rápido. Vi por primera vez un velocidad de nueve nudos del velero relativo a la tierra. Significa que la corriente fue de casi cuatro nudos.
Así puse la ciudad de Nueva York detrás de la popa en solo cuatro horas. Me cuesta mucho. Me sentía muy nostálgico. Como muchos otros pasos. No es fácil que pasaría por allí de nuevo en esta vida. Como mucho, fue una experiencia única. Siento que hay muchas cosas que solo voy hacer, solo voy a ver, solo voy a experimentar una vez, o una vez más. Por eso yo sea atento. Lo miro. Miro asombrado. Miro con agradecimiento.