Navegué con motor hoy en el Canal Halcón (Hawk Channel). Dejé la amarra en Cayo Hueso a las nueve de la mañana. He entrado a un mundo nuevo de marcadores de canales llanos, boyes y encuentros frecuentes con otros botes.
Salí del amarradero. Navegué por el canal al norte del Cayo Fleming, luego hacia el sur por el lado oeste de Fleming. Como despedida, pase frente a la famosa Plaza de Mallory (Mallory Square) y Cayo Puesto (Sunset Key).
Navegué con cinco nudos en agua con profundidad de tres o cuatro brazas (cinco o seis metros). Es un profundidad en que, anteriormente, solo pensé en fondear.
Los veleros yendo hacia mi, con viento a popa, navegan con sus velas desplegadas. ¡Qué envidia!
Los marcadores y líneas para retirar las trampas para langostas fueron una amenaza marchando con motor. Navegando a vela no me importan. Con el motor, si me saltaba a un marcador, la hélice podía enredarlo. Habían puesto las trampas en líneas. Viendo uno podía ver los otros y salta a babor o a estribor para cruzar la línea.
Navegué cuidadosamente por un canal en el que la quilla estaba centímetros por encima del fondo. Fondeé con lo mismo en la Bahía Nuevo (Newfound Harbor). Podía ver el ancla sobre el fondo, medir con la cadena– una y media braza. El calado de Brisa es una braza. Hice todo eso con la marea creciente en caso de que la quilla encallara, la marea la liberaría.
El día siguiente navegué al revés del rastro del día anterior para salir de la Bahía Nuevo. Por suerte estaba también con la marea creciente.
Seguí navegando con motor, contraviento al Cayo Bota (Boot Key) y Cayo Maratón (Marathon Key).
Allí en el fondeadero de Cayo Bota había delfines. Ambos días, los puestos del sol fueron divinos.