Las casas flotantes son numerosas acá en Garrison Byte de Cayo Hueso. Imagino que tienen un atractivo estético. La vista siempre es una vista del mar.
En los cayos las aguas poco profundas y protegidas son abundantes. De verdad, muchas de las aguas son demasiado llanas para el calado de Brisa. (Es de 175cm.) No he visto una casa flotante en marcha, pero todos tienen motores fueraborda. Por ley deben estar en condición para navegar. Verdaderamente hay buenos lugares acá para fondear o amarrar con una casa flotante. No son para navegar. Pueden trasladarse con días de calma.
Algunos son no más que un contenedor montado sobre una balsa. Son parecidos a las casas contenedores de Canelones, Maldonado y Rocha, pero flotantes. Otras son bien elaboradas. Navegando por la lanchita entre Brisa y el muelle paso con una azul, muy bonita, con estilo cabaña de Cabo Cod, como las casas de nueva Inglaterra en el noreste de los Estados Unidos.
Otra, atracado al extremo de una muelle, tiene propulsor rueda de paletas como los buques antiguos del Río Misisipi. Estos muelles tienen una comunidad de casas flotantes. Han puesto a los muelles nombres de calles.
Imagino que, en el verano, cuando las temperaturas suben a los cuarentas, sería bueno mover la casa a una de las amarras para disfrutar la piscina alrededor y brisas suaves. Durante el verano, los veleros de temporada han abandonado los cayos para irse al norte, dejando disponibles las amarras.
El verano es la temporada de huracanes. Un huracán pasa por Cayo Hueso por promedio cada diez años. Las casas flotantes amarradas tienen la ventaja de poner la misma facha hacía el viento desde cualquier dirección viene. Por la proa, no tienen ventanas. Las ventanas y el patio son de popa. Además de su libertad de movimiento, son flotantes. Suben y bajan con la marejada ciclónica. No obstante, imagino que la mayoría de residentes dejan las casas y evacuan cuando un huracán se amenaza.
Mira la altura de los pilotajes, y su densidad de colocación. Los muelles suben y bajan con el nivel del agua. Puedan subir casi cuatro metros antes de que se liberan de los pilotajes. Por eso es probable que muchos se quedan atracados con los muelles para capear un huracán.