Motor de dos Caballos
Es un milagro de verdad. Dos caballos en un paquete de treinta centimetros cuadrados. Me parece que una mula sería más dispuesto a complacer.
Vacié la combustible del tanque del pequeño motor fueraborda de 2,5 caballos de potencia, lo que impulsa mi bote. Con el bote puedo desplazarme, ir del barco a la costa y volver. Le eché combustible nueva. Intenté arrancarlo. Después de tirar unas doscientas veces de la cuerda de arranque, cobró vida. Arrancó y siguió funcionando. Lo dejé calentar un rato. Luego salí a explorar. Al principio, me quedé cerca del barco por si se paraba y tenía que remar de vuelta. Así lo hice. Durante unos veinte minutos, remonté un arroyo, lo exploré y volví a la vía navegable principal. Subí y bajé un poco sin perder de vista el barco.
Decidí que el motor funcionaba perfectamente. Subí por Blackwater Creek. Pensé en ir al Blackwater Creek Trading Post y echar un vistazo, ya que, según Google Maps, allí vendían helados y bebidas frías. Hacía calor. Eso estaría bien. Así que me adentré en ese laberinto de canales entre juncos de tres metros de altura, con libélulas y mirlos, algún que otro tocón y algún árbol. Me preocupaba no encontrar el camino de vuelta, porque había pequeños canales que se desviaban del arroyo principal.
Empecé a sentir miedo de no poder encontrar mi cama, de dar un giro equivocado y perderme en este laberinto de juncos durante horas hasta que cayera la noche. Pero, por supuesto, llevaba mi teléfono conmigo con el mapa náutico. No había nada de qué preocuparse. Siempre y cuando el teléfono funcionara, tuviera ubicación y captara alguna señal de móvil. Incluso en ese caso, tengo mis mapas descargados. Aunque no hubiera señal de móvil, podría encontrar el camino de vuelta.
Así que sigo adelante, y entonces el motor empieza a funcionar mal. Luego se apaga. Ahora estoy a unos tres kilómetros del barco. Y pienso: «Vaya, supongo que tendré que remar de vuelta». Por supuesto, hay que remar contra el viento. Aunque el viento no es demasiado fuerte. Remo.
De vez en cuando me detengo para descansar. Me descanso tirando de la cuerda de arranque del motor para intentar que funcione. Arrancaba con el acelerador a fondo. En cuanto empezaba a cerrar el acelerador, se apagaba. O en cuanto metía la marcha para activar la hélice, se apagaba. Parece que no sé qué le pasa a este motor. No sé porqué no funciona. ¿Qué le pasa a mi motor? Medito sobre eso mientras remo.
Finalmente, encontré el camino de vuelta al barco. Todo salió bien. De nuevo con el barco, guardé el motor. Bueno, tendré que resolver esto. Lo solucionaré más tarde.
¿Sigues conmigo? Volví. Ya sabes, al motor averiado. En Norfolk, en el fondeadero. No está muy lejos remar hasta la orilla. No hay problema, remar hasta la orilla. Lo que realmente me gusta es que el motor funcione. Con el motor en marcha, podría cruzar el río, cruzar el gran canal ancho. No creo que quiera remar por el gran canal ancho. Puedo remar hasta el puerto deportivo en este mismo lado. Remar por el gran canal ancho con las barcazas pasando y los barcos grandes y demás, yendo rápido, «quizás no sea lo más inteligente». Sería como cruzar la calle por la rambla saltando a la pata coja en hora punta.
Pasé casi todo el día intentando arrancar el motor. Probé varias cosas. Una de las cosas que probé fue… el motor funciona muy bien cuando lleva combustible sin etanol. Pensé: «Bueno, ¿y dónde consigo combustible sin etanol?». Resulta que se puede fabricar. Solo hay que mezclar un poco de agua con el combustible. El agua absorbe el etanol. Luego, por supuesto, hay que dejar que se asiente. Si crees que el combustible con etanol no va a quemarse en mi motor, puedes estar seguro de que el combustible con agua tampoco lo hará.
Puse el agua en el tanque. La dejé reposar y separarse durante toda la noche, antes de drenar el agua por la parte inferior, ya que supuestamente contenía etanol, hasta que olí combustible. Lo intenté de nuevo. No tuve éxito. Pah.
Volví a vaciar el tanque. Todavía quedaba mucha agua en el tanque. La había vaciado en una taza, en una taza para pintura. Vi que se separaba. Así que la dejé reposar y separarse y luego extraje con un sifón la combustible que estaba en la parte superior y la vertí en el tanque. Luego intenté arrancarlo de nuevo. Esta vez intentó arrancar, pero en realidad no funcionó. Estaba… ¿mejor?
Entonces, ta, déjame comprobar la bujía. Saqué la bujía. La bujía está bien. Es una bujía nueva, ya que el motor es nuevo y está bien. Está bien. De todos modos, limpié los puntos. Ni siquiera estaban realmente sucios. Froté los contactos con papel de lija de grano 300. Los rocié con un poco de limpiador electrónico. Quedaron bonitos y brillantes.
Con la bujía reinstalada, por supuesto, no hay ninguna diferencia. El rendimiento del motor es el mismo. Vacío. Fallido. Poco cooperativo. Inútil. Bueno, no inútil. Estoy haciendo un excelente ejercicio para los brazos.
Al día siguiente pensé: «Bueno, voy a probar en la ferretería. A veces venden combustible sin etanol». Remé hasta la orilla, almorcé y empecé a usar el transporte público para desplazarme, viajando en omnibús. Mientras esperaba el omnibús, pensé: «Bueno, voy a llamar a la ferretería. Así será más fácil». No tengo que ir hasta allí. Les llamo. Por supuesto, el niño que contesta no sabe de qué estoy hablando.
«¿Venden combustible en bidones?».
«Sí, vendemos bidones de combustible».
«No, ¿tienen combustible sin etanol? ¿Venden eso?»
«No, no vendemos combustible».
«A veces, ya sabe, las ferreterías tienen combustible pura en lata, latas de un galón con combustible para motores pequeños, para, ya sabe, los equipos de jardinería».
«No, no vendemos eso».
Vale! Me ahorra el viaje. Quizás. O quizás no sabía de lo que estaba hablando porque no sabía de lo que yo estaba hablando. Y si, de hecho, era la historia, que él no sabía nada al respecto… Decidí creerle, al chico joven, probablemente en la caja. Llevaba un mes trabajando allí y no había explorado la tienda. No lo sé. Espero que me entendiera y supiera de lo que estaba hablando.
Así que no fui a la ferretería. Pero me subí al omnibús y me encontré en medio de la nada suburbana. No hay que alejarse mucho de Norfolk para estar en medio de la nada suburbana. Ya sabes cómo es: nada más que carreteras y coches. Estaciones de combustible. Terrenos vacantes. Estoy usando los mapas de mi teléfono para guiarme. Pensé: «Bueno, voy a buscar en Internet». Busco en Internet «dónde encontrar combustible sin etanol». Me sugiere añadir «cerca de mí». Vale, «cerca de mí». Aparecen un par de estaciones y están a la vuelta de la esquina, a medio kilómetro caminando. Así que voy caminando bajo el calor abrasador del sol. Miro los surtidores y todos dicen: «Contiene hasta un diez por ciento de etanol». Entro. Tampoco saben de qué les estoy hablando. «No, no tenemos combustible sin etanol. Vendemos… No sé qué es eso. Vendemos lo que hay en los surtidores». «No vendemos nada más, no». Vale.
Así que, aunque mi fuente online con inteligencia artificial pensaba que lo venderían, no es así. Había otra justo a la vuelta de la esquina, una más grande, más nuevo. Voy a probar esa. No, esa tampoco.
No sé qué hacer. Mi motor no arranca. ¿Lo desmonto? ¿Desmonto el carburador y lo vuelvo a montar? ¿Vuelvo a probar el truco del agua para obtener gasolina sin etanol?
Esto es lo que sucedió. Los motores de dos tiempos funcionan perfectamente. Son muy fiables. Funcionan muy bien. Ya no son legales porque son demasiado contaminantes. Son demasiado ruidosos. Emiten demasiadas emisiones. Todos esos pequeños motores marinos y motores de cortacésped estaban destruyendo el medio ambiente. La Agencia de Protección Ambiental los declaró ilegales. No se pueden comprar motores de dos tiempos en Estados Unidos.
Compré uno de estos nuevos motores de cuatro tiempos. El problema de los motores de cuatro tiempos con carburador es que funcionan muy mal con combustible que contiene etanol. Simplemente no queman bien el etanol. Los motores con inyección de combustible lo gestionan sin problemas. Un motor con carburador, no. Intenta conseguir un motor de inyección, cuatro tiempos y dos caballos y medio de potencia para una pequeña embarcación. Es imposible. Es un motor demasiado pequeño para tener inyección de combustible. Por eso tiene carburador.
Ahora bien, la gasolina sin etanol, como sabes, no es eficiente. No contiene recursos renovables, así que, no sé, por alguna razón, el gobierno decidió que toda la gasolina tuviera un 10% de etanol. Al fin y al cabo, los coches pueden funcionar con ella. Hace que la gasolina sea renovable al menos en un 10%. Cultivar más maíz. ¿Quién sabe cuáles fueron las motivaciones? Quién presionó para que se hiciera, o lo que sea.
No se pueden comprar motores de dos tiempos ni gasolina sin etanol. Así que mi pobre motor de dos caballos y medio con carburador para botes se queda fuera. No hay forma de mantenerlo. Me sorprende haber podido comprarlo. Bueno, en el lugar donde lo compré, en Florida, tenían combustible sin etanol. En Cayo Hueso, Florida. No lo sé. Supongo que todavía hay lugares en el mundo donde se puede conseguir combustible sin etanol. Si te vas de viaje, no los vas a encontrar. Al menos, no en Estados Unidos.
Así es la vida en Estados Unidos. Así es como funciona. Si te sales de la norma, te quedas solo. Me siento muy alienado por ello. Es un hecho. Las personas que establecen las normas no han tenido en cuenta mi forma de vida ni mis necesidades. Eso no importa. La mayoría considera aceptable un mundo en el que solo se puede obtener combustible con un 10% de etanol y no se pueden adquirir motores de dos tiempos. Es perfecto. Para ellos no es un problema.
No sé qué voy a hacer con el motor. A veces tengo que resistir con todas mis fuerzas la tentación de tirarlo por la borda. Eso es lo que hice con el último, básicamente. Lo dejé en una calle de Cayo Hueso con una nota que decía: «Llévame. Soy tuyo. Ten cuidado. Te daré problemas».
Volvamos al presente. Compré tres litros de combustible y le añadí quinientos mililitros de agua. Por la mañana, extraje el combustible de la parte superior. Si eres un alcohólico desesperado o estás decidido a suicidarte, empuja la pajita hasta el fondo y bebe el etanol. No es una sugerencia.
La gasolina sin etanol no sirvió de nada. No arrancó con la gasolina sin etanol. Es otra cosa. Desmonté el carburador y encontré un problema. El interior estaba todo pegajoso, cubierto de un combustible marrón y viscoso, como laca. Esto es lo que le pasa a la gasolina cuando se queda parada demasiado tiempo. Se convierte en laca. Le pasa a cualquier combustible. El estabilizador de combustible que le puse debería ayudar a evitarlo.
La botella de estabilizador dice que funciona «Hasta dos años». «Hasta dos años». No es una guarantia que funciona ni una mes. De verdad, no significa nada. Dejé el motor parado durante mucho tiempo. Tanto tiempo, más de medio año. Desde noviembre hasta julio. Sin ponerlo en marcha. El combustible se quedó ahí, convirtiéndose en goma laca dentro del carburador.
El carburador estaba bastante marrón y pegajoso. Es evidente que la gasolina que permaneció tanto tiempo en el carburador se había convertido en goma laca y lo había obstruido. Por qué funcionó durante un tiempo es un misterio que escapa a mi comprensión. Debí de tener suerte.
Lo limpié. El spray limpiador de carburadores: Tenía que tener cuidado de que no me cayera sobre la piel. Quemaba al contacto. Era muy doloroso si me salpicaba. Es de México. Lo llevo conmigo desde hace cinco años. Probablemente sea ilegal en Estados Unidos. Cumplió su función.
Ahora ya lo sabes. No es solo el etanol del combustible. El etanol corroe las juntas y las piezas metálicas, pero ese no es el problema, todavía. El problema es dejar el combustible ahí dentro demasiado tiempo. La gasolina, incluso con estabilizador. Se convierte en goma laca y se pega. Así es como estoy destruyendo los motores: sin usarlos.
Al parecer, lo que se puede hacer es… Encontré una pequeña válvula que drena el carburador. Podría intentar vaciar el carburador cuando no vaya a utilizar el motor durante un tiempo. Siempre y cuando sepa que no lo voy a utilizar durante un tiempo. Es otra cosa a la que hay que prestar atención. Puedo hacerlo. «Un tiempo» sería, diría yo, dos meses sería suficiente. Entonces debería vaciarlo y tal vez echarle un poco de estabilizador de combustible para sustituirlo, no solo aire. Ya veremos. Nunca he leído que la gente lo conserve con estabilizador de combustible. He leído en el manual una recomendación de que se vacíe el tanque cuando no se vaya a utilizar el motor.
Así que es yo. No es el mundo. Puedo culpar al mundo. Puedo culpar al etanol. Puedo culpar a la Agencia de Protección Ambiental. Lo que pasa es que es mi forma de usarlo y lo que hago. No hago lo suficiente para cuidar ese motor y mantenerlo en funcionamiento. No sabía lo suficiente. Así son las cosas.
El motor sigue sin funcionar. Lo he tirado unas cuantas cientos de veces más y lo he comprobado todo. Sigue sin arrancar. Tengo a bordo del Brisa un excelente aparato para hacer ejercicio.
