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Aventuras del velero Brisa
6 July 2023

El Archipiélago San Blas

El archipiélago de San Blas es parte de la comarca de Guna Yala en Panamá. Guna es el nombre de la tribu de indígenas que se establecían en esta zona cuando la colonización europea. Todo el mundo lo conoce como San Blas. Su nombre oficial es “Guna Yala”.

Lancha Guna sobrecargada con visitantes de pasadía, Guna Yala

El archipiélago de Guna Yala no es tanto un archipiélago como una colección de arrecifes y cayos.

En este tiempo templado, de lluvia en junio, el viento se levantaba a quince nudos de vez en cuando desde cualquier dirección. Fondeado, había arrecifes por alrededor, a cuarenta metros de la popa cuando la cadena del ancla tiraba recta, todo fuera de la vista, bajo el agua.

No había tierra ninguna para resguardarse del viento. Trocitos de tierra arenosa con palmeras asomando aquí y allá, y no te atrevas a acercarte a ellas.

Captura de pantalla, Navionics carta de Cayo Limón Este, Guna Yala

Hubo tormentas todos los días a distintas horas. Por la mañana. Por la tarde. Por la noche. Las más desagradables, con frentes de fuertes ráfagas, llegaban de madrugada, entre la una y las cuatro. Tienen su propio nombre en Guna, “chocosana”.

Las “chocosanas” son tormentas fuertes con un periodo breve de viento subiendo treinta y cinco nudos. Ya he experimentado una chocosana como bienvenido, la primera noche.

Había veleros y catamaranes anclados aquí y allá sin nada alrededor más que el mar y esos arrecifes escondidos. El océano rompía en rugientes olas hacia el norte. Dentro, el agua es transparente, con la superficie como en un lago. A veces, corrientes de un nudo más o menos fluían a través y entre los arrecifes.

Hubo días totalmente sin sol. Hubo días de sol parciál.

Era precioso pero me costaba mucho relajarme. Comparto algunas entradas de mi bitácora.

Bitácora

17 Junio

Esta mañana pienso en lo fantástico de esta aventura. Tengo un velero excelente y observo el lugar. Sí, es extraño. También es hermoso. El mar azul quiebra por los arrecifes. Alrededor del velero hay aguas plácidas y transparentes. Hay islas con playas blancas y palmeras. Nunca en mi vida he soñado en algo así. Lo logré. Llegué a este lugar. ¡Que logro! Ahora solo necesito franquear los arrecifes.

Hace una hora, un par de delfines pasan a babor, al lado del velero. Uno de ellos salta dos veces para mirarme bien. O quizá se turnan. Me reí a carcajadas por la alegría de verlos. Ellos se dan cuenta, estoy suguro.

Isla Perro Grande, Guna Yala

19 Junio

Hoy hice mucho. Me metí al agua algunas veces. Arreglé el quemador del gas de la estufa y limpié bajo la tapa. Arreglé la estancia delante de la estufa. Exploré con la lanchita y los remos. Caminé por la isla Miriadup. Visité las instalaciones cercanas del muelle para obtener contactos para el traslado desde el aeropuerto de Tocumen.

Estaba soleado. Las baterías cargaron a su capacidad total. Pude encender la heladera por un par de horas. Una brisa ligera sopló todo el día desde el noreste.

Arcoiris en Guna Yala, Cayo Limón Este

21 Junio

Anoche había viento del noreste. Venía en caladas. Había ráfagas al sudeste. Estaba seguro de que esta mañana vendría otra tormenta brava a la que llaman, “chocosanas”.

De mañana no había nadie con quien hablar por la radio VHF. Había alguien en la corta banda. Se escuchaba muy mal. Es preciso que mejoro el contrapeso del suelo de la antena. Otra cosa a agregar en la lista de mantenimiento, que crece. El desagüe del lavaplatos está goteando. Me celular no conecta bien para cargar. El GPS Garmin 86i comunicador satélite y rastreador no carga. Estoy incomunicado.

Tormenta y isla, Cayo Limón Este, Guna Yala

22 Junio

El comunicador Garmin 86i murió. No carga ni enciende. El cable carga la cámara y el handy. Es un problema con el conector y no hay nada que hacer al respecto. El súper resistente y robusto dispositivo de fortuna depende en un endeble conector mini-USB para cargar. No acepta baterías recargables ni renovables.

Con la lanchita visité una de las islas cercanas, con muelle para viajeros de pasada. Obtuve un contacto para el traslado.

A veces escribo, miro fotos. Distraigo mi mente de sus preocupaciones. Sigo leyendo Levrero. No ayuda. El también está sin control sobre sí mismo. Así de deprimente. Lo que quiere y lo que hace son casi completamente incongruentes. No me pude relajar.

Mar y cielo celeste, playas blancas, Cayo Limón, Guna Yala

23 Junio

Pasé la noche muy inquieto. A la una y media me desperté. Cada unas horas me desperté. No dormí profundamente hasta la mañana, cuando el viento amainó. A las ocho y media vino una tormenta. Me sopló hacia el arrecife más cercano. Pensé en reducir el largo de la cadena. Lo hice contra el viento nuevo antes de la lluvia.

Qué suerte tener la alarma de fondeo y su pantalla. Con el GPS súper preciso puedo ver exactamente donde estoy en relación con el ancla. Sin eso, debería estar fuera, vigilando desde la bañera durante las tormentas, sufriendo el viento y la lluvia fría.

Que apacible parece todo después de una tormenta. Me siento aliviado. Afuera, en la barrera de arrecife, a una y media millas náuticas al norte, el rompiminto de las quebradas suena fuertemente.

La paz duró poco porque después de la tormenta del este vino otra del sudoeste. Me sopla las tormentas por todos lados esta mañana.

Veleros fondeados frente una isla en Guna Yala

Otra pausa de tormentas. Todavía hay lluvia ligera. Mirando afuera veo un catamarán echando su ancla. ¡Ellos viajaban en este periodo de tormentas! Alguien se va en su lanchita desde la isla Banedup hacia su velero. El dueño de la isla Perro Grande rastrilla su playa para ponerla en orden para sus huéspedes. En medio de la lluvia. Más temprano había visto una canoa con su vela desplegada, yendo de popa.

Todo esta actividad fuera entre las tormentas… Me di cuenta que para algunas personas éste es simplemente otro modo de ser de clima. Lluvia o sol, viento o calma, siguen adelante, hacen lo que tienen que hacer.

Otra cosa nueva para preocuparme: No había suficiente sol para cargar las baterías. Estoy con 11,4 voltajes, lo más bajo a lo que jamás llegué. Apagué todo salvo el AIS y el iPad. Apagué el transmisor del AIS.

Hoy no comí. Siento hambre pero tengo un nudo en mi estómago.

Encendí el motor. No arrancó bien. Después de más de dos horas el problema de la carga quedó conrolado.

Habíå una corriente fuerte. Me salté de la proa y muy rápidamente estuve al lado del casco, hacia la popa, agarrando al escalón.

Instalaciones de una isla y catamarán fondeado, Guna Yala

24 Junio, Las Molas

La tarde previa al día de mi partida, por suerte, vinieron dos mujeres con dos niños en una canoa. Me parece que son una abuela con su hija y dos nietos. Reman contra el viento y la corriente, parece que arduamente, para alcanzar no sé qué. No avancen mucho. Cuando las invito a pasar, aceptan enseguida y llegan pronto. Se amarran al lado estribor para descansar. Les di una botella de agua. Tienen, como lo preví, una selección de las molas.

Las molas son cuadradas telas de cuarenta centímetros acolchados con diseños de colores brillantes. Los temas de los diseños son peces, pájaros, mariposas, flores, todos sobre la naturaleza. Mi madre supo de las molas. Por eso pensé que era una suerte que las mujeres pasaran. Pode seleccionar una para ella.

Mola Guna con pájaro azul

25 Junio

Anoche estuvo tormentoso de mierda hasta las dos de la mañana. Hubo una tormenta tras de otra. Igual dormí, por suerte, porque estaba muy cansado. Gracias a mi ancla Manson Supreme y la cadena de ocho milímetros quedé bien agarrado al fondo. El ancla era claramente visible en el fondo cuando desde arriba la subí. Estaba bien enterrada en un parche de arena con un ancho de tres metros, rodeado de pasto.

Ahora me voy a la Bahía Lindo. Necesito mantener cinco nudos para llegar con la luz del día.

Necesitaba timonear casi toda la distancia porque el piloto automático del timón había dejado de funcionar. No había suficiente viento para navegar con cinco nudos a vela.

En San Blas me sentía muy expuesto. Es un mundo extraterrestre. Me sentía como si estuviera sobre la luna, sola, sin aporte del control en tierra. Me alivia mucho irme.

categorías: archipiélago - Panamá - navegación - fondeo
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