Después de una aventura por la costa entre Isla Cosme y Isla Monserrat, llegué a una bahía por el lado oeste de Isla San José, en el Canal San José, la bahía Mangle Solo. Llegué después del atardecer, temprano de la noche, con la luna media llena de arriba. Al fin he encontrado a Sara M, mis gran amigos.
Hemos separado a principios de Octubre en Puerto Don Juan. Les busqué en Juanico, pero salí justo antes que su llegada. Les busqué en Agua Verde, pero todavía era demasiado temprano. Les vi en la caleta de Isla Danzante con mi última llegada a Puerto Escondido, pero salieron por Agua Verde el próximo día.
El día que navegué a buscarles en Agua Verde, el día de la aventura, ellos salieron por Mangle Solo. Ahora en la noche, después que otra día de navegación, al final les vi. Ellos tienen su luz encendido. Lo uso como una guía para entrar a la bahía. Es fácil fondear en Mangle Solo. Por eso no siento mucho ansiedad a fondear con la luna, a pesar que es solamente la segunda vez que fondeo por la noche.
Navegué hacia la playa, mirando mi calado. Con calado suficiente llano, bajo la ancla y ya está.
Como he compartido antes, Alan es un navegante experto del mar y de la tierra. El día después que nuestro reunión, el nos dio paso a un arroyo y algunos cumbres y cadenas de la Isla Son José.
Hay un bosque de cactus Cordón en la valle donde desembocadura de dos arroyos.. Caminando por allí, encontramos un hombre sobre un burro con cuatro perros siguiendo. El viva en un rancho al otro lado de la isla. Mis amigos le encantan con su español crudo, y el nos dijo historias sobre la isla. Nos decimos que hay un cementerio anciano en el cumbre de una de las montañas al sur de la isla. Las indígenas entierran personas importantes allí.
El vive sobre una playa aislada y lejos de todo. Pescan y crecen cabras y vacas sobre la isla. No es rico, pero es rico, si me entiendes.
Después de unas días navegamos juntos a la Bahía de San Evaristo de la península. Rellené mi fuente del agua allí y les dejé un día después. Les extraño bien querido, mis amigos del velero Sara M, no mas ni menos que extraño Uruguay. Por eso sigo al sur. Siempre al sur. Hacia Panamá.