Durante la estadía en Bahía de los Ángeles conocí a una pareja canadiense, Alan y Robyn. Alan construyó su goleta Sara M a mano con planchas de madera cosechada también por sus propias manos.
Alan es de columbina británica, la costa oeste canadiense, donde fue dueño de dos empresas pequeñas– un par de remolcadores y un aserradero. Pensó en recorrer el mundo por velero cuando, con catorce años de edad, leí la autobiografía sobre el recorrido a mano solo de Jacob Slocum.
Por un periodo de más que veinte años, Alan acopia materiales y construye el velero. El diseño tiene como modelo el diseño de las goletas del noreste de los estados unidos utilizado para pesca y transporte de mercancías en los décadas primeros del siglo veinte. Hice algunos modificaciones, incluso extender la proa y la popa.
Nunca puso un motor en el velero. Fue el plan, pero, como dice Alan, se pone insoportable después de cuidar por los motores de los remolcadores tantos años. Prefiere irse sin motor, totalmente por el viento y corriente de modo tradicional para estos veleros. He recorrido el mundo con Sara M. Claro que el motor no es necesario.
Robyn conoció a Alan en La Paz antes de su recorrido del mundo. Se unió con él durante porciones lindos, como su visita a las islas Whitsunday por la costa de Australia, y porciones menos lindos, como los vendavales múltiples del pasaje largo por la océano india.
Una de sus actividades cuando fondeado es recoger residuos plásticos de las playas y las ollas. Durante nuestro estadía en Puerto don Juan lo hicieron cinco o seis días. Recogen un montón de plástico que flota desde, por lastima, los otros cruceros, de las pongas de pesca deportiva, y del pueblo.
Yo solo les ayudé dos o tres veces. De verdad, no tengo tanto empeño como ellos para la actividad. Para ellos, es un modo de explorar la costa y mejorar la vista, ambos a la vez.
Otro de sus actividades es el senderismo. Tenía la suerte de ser invitado para algunas de sus exploraciones. Me he escrito sobre uno en Panorama Punta don Juan
Me encanta esta pareja de navegantes tan talentosa y pura de corazón. Alan y Robyn son amigos de oro puro. Siento afortunado por conocerles.